La esperanza- y la advertencia- de un realista científico israelí

 Con el Dr. Shay Fleishon, Director Ejecutivo del BioJerusalem Center

 

En marzo del 2020, cuando la pandemia del Coronavirus casi recién había comenzado y nadie imaginaba que duraría tanto y enloquecería tanto al mundo, nos topamos con un mensaje especial que circulaba por whatsapp. Era un mensaje de esperanza que aseguraba al mundo que mientras nos resultaba difícil lidiar con las limitaciones impuestas por la pandemia, en diferentes partes del mundo había científicos abocados a la búsqueda de soluciones. 

El mensaje de alguien convencido que la ciencia traerá la luz.

Logramos ubicarlo. Se trataba del  Dr. Shay Fleishon, un biólogo israelí hoy de 39 años, especializado en biotecnología, que se desempeña como Director Ejecutivo del BioJerusalem Center. 

Años atrás, en sus estudios en el renombrado Instituto Weizmann de Ciencias se dedicó a la investigación en Biología Molecular. En el Centro tecnológico que dirige, en la capital israelí-el único en Israel de este tipo y envergadura en una sola ciudad- se concentran 154 compañías dedicadas a las Ciencias de la Vida.

 

Cuando comenzó en diciembre del 2020  la campaña nacional de vacunación, pensamos en él. Recordamos su mensaje de esperanza. Y lo volvimos a contactar. Nos confirmó que también él estaba emocionado por la llegada de la vacuna a Israel.

Pero también lanzó una advertencia, un llamado de urgencia, que el mundo todo debe escuchar.

Hoy, en medio de la ola por la variante más contagiosa desde el comienzo de la pandemia-aunque afortunadamente mucho menos peligrosa que otras- nos resultó interesante volver a leerlo.

 

 

P: Shay, te contacté tiempo atrás  por aquel singular mensaje de esperanza que habías hecho circular. Y aquí llegó ya la solución definitiva a la pandemia, aunque lleve aún tiempo ver su efecto concreto: la vacuna ¿Cómo te sientes hoy?

R: Es indudable que la ciencia entregó su mercadería, logró los resultados buscados. Eso es indudable .La secuencia genética del virus llegó muy rápidamente a todo el mundo y en base a eso se pudo desarrollar en poco tiempo kits de testeo. También las vacunas fueron desarrolladas con gran rapidez. Recordemos que el pasó bastante tiempo desde que terminaron de hacer las vacunas, tiempo que se dedicó a los estudios clínicos. La ciencia no tiene cómo acortar camino.

Lo que hemos visto menos es que entren remedios al mercado para combatir el virus. Se han hecho cosas increíbles, pero dado que es necesario pasar un determinado proceso clínico que es prolongado, la situación es que lo único que resultó real usar en tratamientos en poco tiepo fue algunos remedios del pasado que ya habían sido experimentados y que fueron adaptados a la nueva enfermedad.

(A.J: Desde esta entrevista, como es sabido, ya han sido desarrollados algunos remedios que actúan exitosamente).

 

P: Como israelí, es una gran cosa ver que se consiguió la vacuna tan rápido. Como ciudadano del mundo ¿esto equivale a presenciar la victoria de la ciencia en bien de la humanidad toda?

R: Sin duda. La vacuna es un logro gigantesco para la ciencia en general. Sobre la capacidad de Israel de conseguir rápidamente la vacuna, de concretar acuerdos con las compañías que las desarrollaron, pagar por ellos, claro que es otro tipo de logro que no entra en la parte científica y por ende no son mi especialidad.

 

P: ¿Hay gente que duda sobre la vacuna? ¿Temes que pueda hacer algún problema?

R: Yo personalmente no tengo ningún temor. He leído con profundidad la información científica publicada, la información clínica que se ha acumulado, y lo más importante es que conozco bien el proceso que debe pasar este tipo de procedimientos, de casos paralelos. Aquí no se ha cortado ningún camino de forma peligrosa. 

 

P: ¿Te sorprende este éxito de la ciencia?

R: No. Lo único que me sorprende es que la plataforma específica de las vacunas ARN haya sido tan exitosa. Es un éxito impresionante, realmente un logro científico de primera.

 

P: Cuando empezó la pandemia se habló mucho de los aprendizajes que la gente extraerá de todo lo que pasó. Ahora no estoy tan segura. Sigue habiendo egoísmo en la humanidad, lo cual explica en parte al menos la falta de disciplina para cuidarse y andar por ejemplo con máscaras. ¿Y la ciencia tiene algo que aprender de todo esto?

R: No creo que la ciencia sea quien tiene que aprender de esto, sino quienes toman las decisiones políticas. No se puede esperar qu ela ciencia produzca en pocos meses resultados que llevan años. Por lo tanto, el éxito de las plataformas desarrolladas antes de la epidemia, también de las vacunas y los tests, son la cosecha de años de desarrollo que se logró adaptar rápidamente a las necesidades de la lucha contra el Coronavirus.

Ahora hay que mirar lo que ocurrió en este siglo, en solamente 16 años. Tres epidemias de virus de la familia Corona-SARS-COV-1, SARS-COV-2 MERS y el de ahora, COVID-19 , sin contar las gripes, el Zika y otros. La próxima catástrofe puede llegar en 4 ó 5 años. No es ser pesimista sino realista. El mundo debe comprender que la ciencia es algo que se va construyendo y desarrollando .

Ahora hay que lidiar con la próxima catástrofe y hay que desarrollar plataformas para las vacunas, elaborar modelos de estallido de pandemias y como usarlos en forma eficaz. 

 

P: No estás meramente describiendo una situación sino advirtiendo.

R: Por supuesto.  Hay que desarrollar métodos baratos de diagnóstico que sean lo más eficientes posible. Este es el momento de empezar a hacerlo. Ya. Debemos armarnos ahora para la próxima batalla.

 

P: Volviendo a lo central: ¿Recomiendas a la ciudadanía vacunarse? 

R: No tengo ninguna duda. La vacuna es excelente. Su efectividad es especialmente alta para impedir que la persona vacunada se enferme. Exhorto a todos a ir a vacunarse.


Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai