La guerra en Europa es inminente. Por José Brechner

Hay 100.000 tropas rusas desplegadas en la frontera con Ucrania. El gobierno americano advirtió que Rusia planea provocar ataques de “falsa bandera” (atacarse a sí mismos aparentando que son ucranianos) para iniciar la incursión. 

El ejército ruso sigue siendo el segundo más fuerte del mundo después del americano, calificado como “perfecto” en el índice de poder, que mide la eficacia y coordinación de todas sus ramas. El ejército ucraniano ocupa el puesto 22, también es “perfecto” y será reforzado con armamento ultramoderno de Estados Unidos. 

Rusia tiene 2.000.000 de soldados activos; Ucrania 200.000. El Ministro de Relaciones Exteriores ucraniano dijo nervioso y temeroso pero aguerridamente, “... si los rusos invaden volverán en ataúdes”.

De atacar, el ejército ruso no ocuparía todo el territorio de Ucrania pero tomaría control del sudeste de esa nación, se quedaría con mayor dominio sobre la península de Crimea y, si quiere, con absoluto control del Mar Negro. 

Ucrania esta a punto de graduarse como una democracia completa. Este es el origen del conflicto. Será aceptada en la Unión Europea y quiere formar parte de la OTAN, que es lo que le pone los pelos de punta a Vladimir Putin.

Moscú, lógicamente, no quiere misiles de la OTAN apuntándole desde el jardín de al lado. A Estados Unidos tampoco le gustaría que Rusia ponga cohetes en Cuba o Venezuela dirigidos hacia Washington. 

Consecuentemente, Rusia anunció que enviará tropas y armamento a esos países, cosa que sorprendió a los altos comandantes militares americanos que están politizados e idiotizados, más preocupados por que los LGBTQ se sientan felices en el ejército, que por lo que pasa en Afganistán, China, Rusia, Corea del Norte e Irán.

Putin es el estadista más inteligente del momento, seguido por Xi Jinping. No hay ninguno más. 

Xi es un comunista tradicional, hermético, ultraconservador y reaccionario. Putin es moderno, jovial, abierto, asequible y sorprendentemente honesto. No tiene problema en decir lo que piensa y de contar lo que va a hacer. Con él se puede tomar café, conversar y negociar. 

Su exigencia para evitar una guerra es, que la OTAN no agregue a Ucrania en el Tratado y que saque a sus tropas de Europa Oriental (la segunda parte es para que Rusia ceda). Algo coherente pero inaceptable para el gobierno de Biden y el Partido Demócrata que acusó falsamente a Rusia de coludir con Trump en las elecciones presidenciales americanas de 2016.

Joe Biden está en el nivel político e intelectual contrario a Putin y Xi.  Es incompetente, está ido, no sabe lo que pasa en casa ni afuera; no tiene la capacidad cognitiva de hacer frente a nada ni a nadie. No puede contestar a preguntas sencillas ni dar una conferencia de prensa desde la Oficina Oval, en la que todo lo que tiene que hacer es leer un discurso. 

En la Casa Blanca montaron un cuarto de comunicaciones especial para que Biden pueda leer en una pantalla grande lo que debe decir, asesorado por su entorno. Estados Unidos está en su peor día. Este es el momento perfecto para que sus enemigos tomen ventaja.

Putin no hace nada sin analizar minuciosamente las consecuencias. Cuando invadió Crimea, una periodista alemana le preguntó por qué lo estaba haciendo. Sin inmutarse respondió: “Porque puedo; yo nunca adelanto a un coche sin antes ver si viene otro en dirección contraria”. Entonces gobernaba Barack Obama, un progre inepto sin conocimientos de geopolítica. La vía estaba libre.

(En Crimea, la mayoría de la población es rusa, 68%, solamente hay 15,7% de ucranianos. Por eso, ocupar la península no fue difícil y Kiev se tragó el mal sabor. En el resto de Ucrania los rusos son minoría, 17,3%).

Cuando Putin invadió Crimea en 2014, Obama no hizo nada para impedirlo, ni siquiera tomó represalias. Era la oportunidad para liberar a Cuba, pero Obama es admirador del régimen cubano, fanático de Fidel Castro y el Ché Guevara. 

Haciendo todo lo opuesto a lo que debía hacer como líder del mundo libre, Obama fue de visita oficial a Cuba con su familia (como si fueran de vacación) en el que fue el primer viaje de un presidente americano a la isla. Fidel Castro no lo recibió, en un ofensivo gesto de desprecio. No obstante, Barack ni se dio por aludido. 

Obama continuó sus vacaciones, menospreciando con su simpatía por el régimen, a los cubanos oprimidos y exiliados y entabló relaciones con Cuba sin exigirle nada a Castro. Ni elecciones libres, ni liberación de los presos políticos, ni libertad de expresión, ni libertad de prensa, ni libertad de viajar. 

Se quedó con las ganas de conocer a su venerado Fidel, pero eso no le impidió disfrutar de la pobreza socialista. Se fue a pasear por La Habana vestido con una remera grabada con la imagen del Ché, la misma emblemática camiseta se la pusieron su mujer y sus hijas. 

Barack Obama es una muestra mesurada de lo que son los funcionarios del gobierno americano actual, de manera que no es difícil adivinar cuál será su actuar. Biden y Blinken no cederán a las demandas de Putin y darán lugar a una crisis política internacional descomunal.    

Aquellos que fueron los operadores de Obama, son actualmente los ministros de Biden. Entre ellos el Secretario de Estado, Antony Blinken, cuya agenda política es crear un amoroso planeta socialista. 

Blinken es un típico ideólogo progre, negador de la naturaleza humana, incapaz de palpar la realidad objetiva. El mundo en su cerebro es un lugar donde los delincuentes y terroristas tienen razón, el sistema capitalista es el culpable de todo y Antifa y Black Lives Matter, son buenos para la sociedad. Blinken fue Subsecretario de Seguridad Nacional y Subsecretario de Estado de Obama.

La intención del Kremlin de querer usar la táctica de la falsa bandera, indica que Rusia está impaciente y va a invadir Ucrania prontamente a menos que Biden acepte negociar en serio. 

Eso no sucederá, pues el  gobierno de Washington está formado por enceguecidos, obtusos, enemigos de Putin. La guerra será más por culpa de Joe que de Vlad. Son los Estados Unidos los que no quieren ceder frente a una situación que aún no se ha creado. Lo único que deben hacer es mantener el status quo.

Blinken dijo que  en respuesta a un ataque, “Estados Unidos está planeando cosas que nunca hizo en el pasado y que tiene 18 alternativas de acción”; lo cual significa que no tiene nada importante. Conociendo a Blinken y lo que hizo por Crimea y Afganistán, Rusia no tiene qué temer.


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