Esta es la historia de Malka Schaps (74), ex Decana de Ciencias Exactas en la Universidad de Bar Ilan. Ahora asesora a tres estudiantes de Doctorado y está abocada a la escritura de su décima novela, pero la enseñanza ya no es su ocupación central.
En medio del mosaico de grupos y orígenes que componen a la multifacética sociedad israelí, hay uno que si bien está muy sub- dividido, es visto en forma bastante estereotipada por el resto de la población, como un bloque: los “haredim”, los ultraortodoxos . Se trata de un sector cuya característica central es la observancia religiosa de los preceptos del Judaísmo, siendo el pilar central , la fe.
Diversas facetas de la vida de dicho sector van cambiando gradualmente, destacándose entre ellas la apertura de la mujer a la sociedad “exterior” mediante el trabajo fuera de casa y estudios de profesiones muy prácticas en el mundo de hoy. Mucho hay aún por hacer al respecto, pero el proceso ya es notorio.
Pero aún quien lo conoce, no podrá dejar de sorprenderse al conocer a la Profesora Malka Schaps,la primera “haredit” (ultraortodoxa) a este nivel en la academia israelí.Lo singular es que no sólo se ha dedicado a la vida académica, paralelamente a su diario vivir y accionar como mujer religiosa, sino que fue la Decana de Ciencias Exactas en la Universidad de Bar Ilan, tras haberse dedicado años a la investigación de la Matemática que le sigue apasionando.
A su pasión por la Matemática, que considera “creativa y elegante”, agrega su condición de escritora con varios libros ya publicados, siendo ambas vetas focos de atracción para otras mujeres religiosas que quieren avanzar pero no siempre sienten que el medio en el que viven las alienta.
“Espero que lo que yo he logrado, ayude algo a otras mujeres”, dice la Profesora Schaps al recibirnos en su despacho. “Recibí una carta de una chica que me contó que a los 15 años leyó uno de mis libros, en el que yo escribí sobre dos jovencitas religiosas que estudian profesiones, una de ellas medicina y la otra Derecho..Y esta chica me escribe que eso la convenció de que también una joven religiosa puede ser médica..y se decidió a ir a estudiar”. Se le entrecorta la voz y se le humedecen los ojos. “Hace unos días me escribió y me dijo que acaba de recibirse de médica…y eso, para mí, significa mucho”.
Schaps es pionera dentro de su entorno, como primera Profesora “haredi” en Israel y parecería que la condición de precursora la lleva en la sangre. Cuenta que antepasados suyos participaron en la revolución de 1776 en Estados Unidos y que cada uno a su forma, se abrió caminos.
A ella, esto no le resulta nada extraño. Nació en Estados Unidos , en el seno de una familia de educación Protestante, aunque-aclara-“muy liberal”. “Sentía que me faltaban valores con los que crecer yo y que transmitir luego a los hijos que quería tener,y los encontré en el judaísmo”. Ya de jovencita se convirtió al judaísmo y sintió que encontró su verdad.
En ese desafío, siente que halló su camino. Pero otro nada sencillo, como mujer, fue abrazar la Matemática.
“Yo siempre sentí, desde una edad muy joven, que lidiaba con desafíos.Es que a mí siempre me gustó la matemática..y como bien sabemos, no hay muchas mujeres que se dedican a eso..O sea que mucho antes de ser religiosa, mi tema era tener éxito como matemática, siendo mujer. A eso se agregó luego el problema de mi condición religiosa..El problema, entonces, se duplicó”.
No duda en afirmar que aunque quizás parte de la explicación radica en el hecho que menos mujeres que hombres se interesan en la Matemática, también está el fenómeno de “hombres que nos trancan”. Afirma que a ella no le ha pasado pero que una amiga suya sí vivía con esa sensación.”Y una mira hacia arriba y ve tan pocas mujeres, que no es fácil”.
Schaps admite que hay momentos en los que choca la fe religiosa con las dudas que un científico siempre tiene que estar planteando.”Pero creo que nadie muere por preguntar…y yo tengo que poder lidiar con ello…segura de lo que creo…y también de lo que puedo investigar”.