Bennett puede inspirarse en el manual de Netanyahu

 El hecho de que el 63% de los estadounidenses se oponga al acuerdo nuclear y lo considere una amenaza más grave para la seguridad nacional de Estados Unidos que la invasión rusa de Ucrania debería hacer reflexionar a un presidente estadounidense responsable.

También en el Congreso, un pequeño grupo de legisladores demócratas expresaron sus reservas sobre los esfuerzos del presidente Joe Biden para reactivar el acuerdo en una conferencia de prensa la semana pasada.

Además, durante unos dos meses, incluso durante su guerra en Ucrania, se ha hablado de Moscú como intermediario entre Washington y Teherán en las conversaciones indirectas de Viena. Rusia ha conseguido encontrar una importante laguna en las sanciones que se le han impuesto.

El Kremlin busca sabotear cualquier iniciativa política o estratégica de la administración Biden, y el acuerdo nuclear parece ser uno de esos objetivos. Lo más probable es que Biden haya cambiado su posición debido a la creciente oposición pública al acuerdo y al deseo de no beneficiar de ningún modo a la fuertemente sancionada Rusia. ¿Incitará esto a Teherán a renunciar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica? No está claro.

Tal vez, incluso Israel tenga algo que decir al respecto. Cuando el primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid emitieron una declaración conjunta en la que rechazaban la posible medida de Estados Unidos de retirar al CGRI de su lista negra de terroristas, ciertamente poseían información sobre la actividad terrorista de la organización que es esencialmente responsable del programa nuclear de Irán.

Si Biden hubiera hecho concesiones, los medios de comunicación habrían explotado con la vergonzosa información sobre las características y actividades de la organización terrorista, basada en “fuentes de inteligencia occidentales”.

Si las potencias no consiguen llegar a un acuerdo, las sanciones existentes sobre Irán no pueden seguir como están. Deben aumentarse y hacerse más duras. E Israel está ocupado luchando contra la última ola de terror palestina.

Parte del poder de disuasión de Israel durante el mandato del ex primer ministro Benjamin Netanyahu procedía de las audaces acciones que se llevaban a cabo en círculos lejanos. La élite iraní se vio sometida a una danza demoníaca de sospechas y guerras civiles. La actividad de alto perfil en Irán, en la arena del Mar Rojo, en Siria, Líbano y la Franja de Gaza, contribuirá a la guerra contra el programa nuclear iraní y garantizará la seguridad en Israel. Los actuales dirigentes tienen que aprender de sus predecesores.

Por Amnon Lord
Fuente: Israel Hayom