El primer ministro Naftali Bennett dice que las pruebas de que Irán utilizó documentos secretos de la ONU para adelantarse a las inspecciones nucleares y encubrir la actividad de enriquecimiento deberían ser una “llamada de atención al mundo”.
“La política sistemática de fraude, robo y ocultación de pruebas por parte de Irán contra el OIEA debería convertirse ahora en un hecho definitivo a los ojos de la comunidad internacional”, afirma en un comunicado enviado por su oficina.
Según The Wall Street Journal, los registros nucleares iraníes sustraídos por espías israelíes de un archivo mostraban la presencia de documentos del Organismo Internacional de Energía Atómica junto con notas en persa sobre cómo engañar a los inspectores u ocultar la actividad entre 2004 y 2006.
El Wall Street Journal había descrito su fuente de información como “una agencia de inteligencia de Oriente Medio que procede de un país que se opone al programa nuclear iraní”. Probablemente se refería a los servicios de espionaje de Israel, que casi con toda seguridad habrían necesitado el visto bueno de Bennett para filtrar los documentos.
Aunque los documentos tienen casi 20 años de antigüedad, Bennett afirma que el informe ofrece “pruebas adicionales de los esfuerzos iraníes por avanzar hacia la consecución de armas nucleares”.
Irán insiste en que ha renunciado a cualquier ambición de tener un arma nuclear, pero ha seguido enriqueciendo uranio hasta niveles que solo son utilizables para armas, según la inteligencia occidental.
Bennett elogia a Rafael Grossi, del OIEA, por seguir presionando a Irán sobre las preguntas sin respuesta sobre la actividad nuclear y por no cerrar los archivos de inspección de ese periodo.
“Aparte del engaño, los documentos atestiguan una actividad nuclear prohibida y en curso, lo que revela nuevas cuestiones que exigen una investigación. A la luz de lo anterior, ha llegado el momento de que la Junta de Gobernadores del OIEA emita un mensaje claro a Irán: Basta”, dice Bennett.
Fuente: Israel Noticias