Un testimonio singular sobre la amistad uruguayo-israelí y el aporte de la colectividad judía

 Con Adriana Castro, hasta hace poco Directora de la Escuela N° 217 Estado de Israel 

Hay gente a la que uno conoce y jamás olvida, porque entró al corazón. Adriana Castro, hasta hace poco la Directora de la Escuela N° 217 Estado de Israel de San José de Carrasco, es una de ellas. Tuvimos la alegría de conocerla en una celebración de Iom Haatzmaut, en la que se combinó el disfrute de ver a los niños tan consustanciados con lo que decían y bailaban, con lo anecdótico de lidiar con la lluvia que iba y venía.  Y ni que hablar de la emoción de ver a los abanderados con los pabellones nacionales de Uruguay e Israel.

Y allí estaba Adriana, la directora de sonrisa amplia, ojos enormes y brillantes, porque evidentemente irradiaban lo que lleva adentro. Para resumir lo que vivió al frente de esta escuela pública en nuestro amado Uruguay, que lleva el nombre de nuestro amado Israel, desde que llegó a su cargo en el 2011, es esta entrevista.

Adriana Castro, ya sin la túnica, pero aún parte de la Escuela N° 217 Estado de Israel en San José de Carrasco

 

 

P: Adriana querida ¿qué significó para ti ser la directora de la escuela todos estos años? ¿Qué te aportó como ser humano, como docente?

 

R: En primer lugar, la permanencia en efectividad de una directora después de 12 años previos con múltiples cambios, es en sí mismo algo importante. Las escuelas necesitan “hilos conductores” poder proponerse y alcanzar metas educativas altas. He tenido además, como miembro del equipo director, el privilegio de contar con grandes compañeras de equipo como Laura, Andrea, Sonia, Macarena en los últimos seis años completos y ya en 2022, iniciamos el año con la asunción de Rossana. Pero hemos contado también con grandes compañeros maestros que pudieron acompañar situaciones de cambios de personal, lo cual suele afectar mucho a las escuelas. La estabilidad de equipos  favorece el conocimiento de la comunidad total, el conocimiento de la realidad pedagógica, organizacional y comunitaria del centro en una perspectiva evolutiva y proactiva; favorece el mayor sentido de pertenencia, la construcción de afectos y vínculos que sostienen la trama compleja de la comunidad escolar. 

La integración de las familias en el gran equipo educativo de la escuela es un anhelo y necesidad específicos a cuidar. No puedo dejar de mencionar que, en los años previos, el impacto de las nuevas formas de “hacer escuela”, para habilitar la continuidad educativa en contextos de pandemia, significó para todos los miembros de la comunidad educativa un impacto muy grande, con desafíos, esfuerzos y trabajo enormes. El  equipo de la escuela fortaleció la solidaridad, intercambios, unión, cooperación y empatías internas para abordar desafíos y demandas nuevas; se revalorizó la importancia de los aspectos socio emocionales que atraviesan el ser de los integrantes de la comunidad. En este sentido en particular, significó mucho poder contar con el apoyo de los equipos de Escuelas Vinculadas.

Ceremonia de lanzamiento de la donación de computadoras a las escuelas de la Fundación Escuelas Vinculadas. Aquí aparecen el Ministro de Educación y Cultura Prof. Pablo Da Silveira, el Embajador de Israel Yoed Magen y la entonces Cónsul Sapir Evron, entre otros. En el medio, Adriana Castro.

 

P: Una iniciativa lanzada desde la colectividad judía, para apoyar a diferentes escuelas públicas cuyos nombres están ligados a la historia judía y el Estado de Israel. Acompañan, apoyan, hermoso trabajo. En Uruguay hay muchas escuelas con nombres de países amigos. ¿Te parece que las dos que llevan el nombre del Estado de Israel representan algo especial? Digo dos ya que además de la que tú dirigiste, está la de la calle Carabelas.

 

R: De mi experiencia personal en la escuela “Estado de Israel” de Ciudad de la Costa puedo destacar que su nombre deviene de la iniciativa de vecinos de la zona, quienes solicitaron se permitiera así designarla en la segunda mitad de los 70; esto es en sí mismo muy significativo. Pero además, y creo que esto lo compartimos con la Escuela “Estado de Israel” de Montevideo, se ha sentido a lo largo de los años el impacto muy positivo de una presencia clara, cooperadora y de intercambio cultural por parte de la Embajada del Estado de Israel y de la colectividad judía de Uruguay a través de diferentes organizaciones, y tú misma con el Semanario Hebreo, quienes nos han acercado con afecto a la historia, cultura, ciencia, sentir del pueblo israelí. Destaco en 2021 la oportunidad importante que se nos ofreció a integrantes del personal docente de las escuelas vinculadas por su nombre a Israel y/o a la comunidad judía, así como a autoridades de DGEIP, para formar parte de un curso sobre Innovación Educativa ofrecido por la Mashav,división de Cooperación internacional de la Cancillería israelí,  a distancia. La experiecia nos permitió nutrirnos con el aporte educativo  importante de Israel, en un escenario virtual que pudimos compartir con otras escuelas compatriotas. Fueron instancias de reflexión muy significativas.

P: Como bien has dado a entender, dirigir la Escuela Estado de Israel  significa acercarse mucho también a la colectividad judía uruguaya, muy uruguaya y al mismo tiempo muy vinculada a Israel.  ¿Cómo ha sido esa relación para tí?

R : Esa relación tiene algunos vínculos anteriores, dado que compartí vivencias con queridas amigas judías en la infancia y también en mi hogar, hasta mi juventud, compartí diferentes momentos con judíos uruguayos y extranjeros, por vínculos que tenía mi madre.  Así recibí las primeras enseñanzas de referencia para apreciar, valorar y sensibilizarme respecto de aspectos diversos del judaísmo y también frente al horror e impacto del Holocausto. 

Integrarme a la comunidad de la Escuela “Estado de Israel”, implicó un reencuentro con la colectividad judía en otro contexto, con otras personas y organizaciones, con una responsabilidad enorme porque yo sabía que la relación de la Escuela con la colectividad judía uruguaya, tenía una larga historia de amistad y cooperación, y ahora me correspondía  y quería contribuir a sostener y estrechar esos lazos.  Esto no fue difícil, dada la calidez, amabilidad, cariño y apoyo manifestados desde los primeros encuentros por representantes de Consejo Uruguayo de Mujeres Judías, B’nai Brit, Comunidad Israelita del Uruguay y  quienes luego se sumaron en el mismo año o alternaron en años siguientes Colegio Integral, Yavne, Grupos de Jóvenes Recreadores, Wizo, Comité Central Israelita, Osu, Semanario Hebreo, NCI, las delegaciones sucesivas  de la Embajada del Estado de Israel, y otras personas y grupos que me disculpo por olvidar mencionar. 

También quiero destacar, aunque ya los mencioné, que la Fundación Escuelas Vinculadas se ha integrado a al trabajo educativo del centro, trabajando en educación emocional con equipos de los cuales participan personas judías y no judías. 

Como siempre, en la celebración del día de la independencia de Israel, Iom Haatzmaut, estuvieron presentes varias figuras de la colectividad judía uruguaya que acompañan desde siempre a la escuela Estado de Israel. De rosado, Liliana Slafstein, al frente de los bailes israelíes con los niños.

 

P:  Sinceramente Adriana, aunque ya hemos hablado del tema, debo decir que me emociona mucho este vínculo.

R: También a mí. Quiero destacar que he sentido y siento una gratitud inmensa frente a todos los esfuerzos, la dedicación, el cariño, el aporte cultural y/o material, el compromiso, el respeto con los cuales se han presentado y colaborado con nuestra Escuela, los diferentes representantes de la colectividad judía. Voy a tomarme el permiso de nombrar y agradecer especialmente a algunas personas de la colectividad judía uruguaya que han tenido  marcadas presencias en la Escuela a lo largo del tiempo, como lo han sido Mónica Rozenbaum del Consejo Uruguayo de Mujeres Judías , Anita y Jaime Luksenburg, (B’nai Brit, Filial Teodoro Herzl), Maruja Pérez (B’nai Brit, Capítulo Hatikva, Organizadora del Certamen Interescolar), no puedo dejar de mencionarte a ti Ana, con tu Semanario Hebreo, también a Patricia Jones (Embajada de Estado de Israel, Depto de Cultura), Secretarias del Embajador, a Patricia Albojer y Sergio Gorzy, ambos por Escuelas Vinculadas, Liliana Slafstein y su grupo Kol Hakavod de bailes israelíes. En cuanto a judíos extranjeros que siempre han estado acompañando de una u otra manera, destaco a todos los sucesivos representes diplomáticos Embajadores y Cónsules que nos han acompañado.

Liliana Slafstein enseñando rikudim, bailes israelíes

 

P: Yo entiendo que hay gente fuera de la colectividad que no entiende mucho la entidad del vínculo de los judios uruguayos e Israel. Algunos piensan que son israelíes, pero no, son uruguayos.  ¿Qué sentís que podés aportar para poder explicarlo?

R: Bueno, con todo el respeto que ello implica, puedo aportar lo que he escuchado de sus propias voces, y es que se sienten profundamente uruguayos. Incluso lo han aclarado explícitamente ante mí, tal vez porque manifesté en algún momento esa misma confusión a la que aludes, en cuanto a la interpretación de sus sentimientos, su identidad y costumbres. Tal vez esa confusión se relaciona con el hecho de percibir que muchos mantienen lazos estrechos con Israel, porque tienen allí familiares, amigos, porque la tierra de Israel (Eretz Israel) tiene un significado especial que se vincula con su origen, la historia, la religión, el anhelo, la esperanza. También imagino que parte de ellos sentirán que tienen dos patrias.

 

Conociendo a Israel

P: ¿Qué aprendiste de Israel a través de tu trabajo?

 

R:  Que es un país con hermosos paisajes, con rica diversidad natural, con reciente constitución, pero riquísima, significativa y milenaria historia, con un saludo “Shalom”, que significa “paz”, con un himno “Hatikva”, que significa “La esperanza”; un país cosmopolita, cuya modernidad y pujanza actual fue forjada merced a generaciones de personas que llegaron en diferentes momentos – nativos y no nativos- y se integraron con esperanza, amor, creatividad, inteligencia, fe y mucho esfuerzo a un gran proyecto de trabajo para la transformación y avance sostenido de un lugar bastante inhóspito que encontraron en un comienzo. 

Dentro de esa modernidad, destaco el cuidado especial de la riqueza cultural en sus diferentes manifestaciones, la promoción de escenarios necesarios para multiplicar oportunidades educativas, para poder desarrollar diferentes lenguajes artísticos, para impulsar avances científicos; destaco los logros y alcances que esto tiene en territorio y sus proyecciones al mundo. 

 

P: Y destaquemos que en la escuela misma han tenido oportunidad de vivenciar parte de esto directamente.

R: Así es. Estar en la escuela “Estado de Israel” y contar con una Embajada de Israel y colectividad judía uruguaya presentes y difusoras de cultura, nos ha permitido apreciar y disfrutar dentro y fuera de la escuela,de su arte literario, plástico, musical, canto, expresión corporal, danzas. 

David Broza, Tal Kravitz, Rami Kleinstein, grupo de danzas “Luz”, son algunos de los artistas llegados desde lejos que tuvimos el privilegio de ver por estar en la Escuela “Estado de Israel”. Allgunas de las actuaciones fueron compartidas por abanderados, algunos padres y docentes.

Desde Uruguay, organizaciones como la Comunidad Israelita del Uruguay y el Consejo Uruguayo de Mujeres Judías, así como el  grupo Kol Hakavod (el cual incluso realizó un festival de danzas folclóricas a beneficio de la escuela, con participación de nuestros alumnos), han sido importantes en la difusión de historia, música y enseñanza de danzas tradicionales y modernas israelíes. Por supuesto que se construye mucho de ese conocimiento a través de bibliografía que nos han aportado, y en particular de tu  “Semanario Hebreo”, que cumple un rol fundamental como puente Uruguay-Israel/Israel-Uruguay y como ventana muy sensible y clara al acontecer israelí.

 

P: Muchas gracias por tus palabras Adriana, también en lo que al Semanario Hebreo respecta. 

 

R: Te diré que más recientemente, también me aporta mucho el cine israelí, que a través de algunas de sus producciones nos acerca miradas culturales sobre familias, costumbres, tradiciones, religión, aspectos históricos, sociales, políticos y además sobre el idioma hebreo en contextos cotidianos, muy significativos. Por supuesto que valorar este aporte en su justa medida implicaría el comentario y análisis de alguien que vive y/o conoce Israel desde adentro. Pero me parece importante dar a conocer el cine de Israel, sus producciones, por el arte en sí y también por la posibilidad de aproximarnos de algún modo a los aspectos diversos del país. 

    

P: ¿Cómo ves a Israel en tu imaginación?

 

R: Además de todo lo que ya expresé, diría que combino lo que uno aprende como ser racional y lo que ve con el alma. Lo imagino como un país con belleza paisajística, riqueza cultural, con un pueblo diverso y cosmopolita, que cultiva el arte y lo disfruta con alegría a través de sus diferentes lenguajes, que estudia, se interroga y se ocupa de gestionar el avance de las ciencias, que comparte esos avances, que jerarquiza la educación, que trabaja con esfuerzo, que pone su inteligencia, amor, voluntad y creatividad al servicio de grandes metas personales y sociales; un pueblo con tradiciones muy especiales, cuyas enseñanzas y sabiduría suelen desconocerse fuera de la colectividad; con parte de su población que es religiosa y otra que no; con vínculos estrechos con la diáspora y apertura al mundo en general. Imagino un pueblo con necesidad y deseos de alcanzar una paz definitiva, esa paz que está presente y se marca en el saludo diario, en “Shalom”.

 

¿Y qué dice la comunidad de alumnos y padres de la escuela?

 

P: ¿Qué te parece que es Israel para los alumnos de la escuela, para los padres?

 

R: Es un país que le da nombre a su escuela querida, un país lejano, con algunas características de paisajes diferentes de los nuestros, un país donde se habla hebreo que es un idioma muy distinto del español, un país donde se saluda con “Shalom”, que tiene un himno que saben cantar que se llama “Hatikva”, “La esperanza”, que tiene una bandera que lo representa, que tiene colores similares a la nuestra y con una estrella central, que se porta en la Escuela en el Acto por la Independencia de Israel y en el de Clausura de cursos; un país donde viven personas judías y otras que no lo son, que tiene música y danzas diferentes y disfrutables, que celebra el año nuevo con un calendario diferente, que tiene una Embajada que se hace presente en la Escuela en el Acto de Independencia y también en otras ocasiones para contribuir valiosamente a su acervo cultural y material.  Esto es una línea transversal básica y expresada a modo de ese “puzzle” en construcción que puede significar Israel para nuestros alumnos y sus familias. Estarán en unos y otros casos, algunos aspectos que son abordados escolarmente y aquellos que se gestionan en el seno de sus familias. Y dentro de lo expresado, es claro que las etapas o grados escolares marcan diferencias en abordajes y conocimientos.

La escuela agradece. En una reciente celebración, alumnos portan cartulinas con letras que forman las palabras Todá Rabá, que en hebreo significa Muchas gracias.

 

Aprendizajes

 

P: ¿Que te ha dejado la dirección, parte de casi cuatro décadas en la educación? Seguramente aprendiste también de los niños

 

R: Podría iniciar con algunas enseñanzas de la sabiduría judía, a las que adhería desde mucho antes de  integrarme a la Escuela “Estado de Israel” :“Sabio es aquel que siempre encuentra algo que aprender de otro hombre”, de Pirkei Avot. Y “Mucho he  aprendido de mis maestro, más aún de mis colegas, pero sobre todo de mis alumnos”, del Talmud.

 

P: Hermoso…

R: En primer lugar, como persona, estoy totalmente agradecida por la posibilidad de vivir los 38 años de docencia en los diferentes cargos y roles en los que me formé y que fui optando, de los cuales atesoro recuerdos hermosos. Trabajar con las infancias es una experiencia maravillosa. Los niños siguen aportando luz, color, energías, alegrías y esperanzas a un mundo complejo y que no siempre les da lo que merecen y necesitan. Y te interpelan todo el tiempo para seguir  avanzando. Asimismo tener oportunidad de tener maestros practicantes en el aula me ha dado momentos inolvidables, con oportunidades especiales de crecimiento docente. Toda la carrera ha sido una experiencia rica, descubriendo y valorando la diversidad, con  búsquedas,  estudio, reflexiones, aprendizajes con otros, de otros, para otros, por otros, porque enseñar implica siempre aprender y ayudar a otros a hacerlo, y en estos aspectos tal vez está parte de la pasión por ser docentes que muchos compartimos y que tratamos de proyectar a toda la comunidad.

Nunca se deja de ser aprendiz. Y eso  no se contradice con ser “enseñante”, son dos condiciones que coexisten y deben coexistir.

El derecho a ser queridos y valorados en su singularidad, a ser partícipes, a ser escuchados, a no saber, a no entender, a equivocarse, a ser comprendidos con el corazón. La perspectiva para ayudar al alumno a aprender, debe ser desde la mirada a su integralidad.

Sin dudas, de forma ṕarticular, es indescriptible la alegría que se experimenta al presenciar y compartir instancias en que los alumnos  manifiestan sus satisfacción por haber logrado avances en sus aprendizajes, en cualquiera de sus esferas. 

En este largo camino recorrido también han habido momentos difíciles y aún duros, pero es parte de la vida. Y volvería a elegir esta profesión una y otra vez.

Aunque ya no como Directora, Adriana Castro sigue siendo parte de la escuela . Aquí, leyéndoles libros de la escritora Anita Luksenburg, muy cercana a la escuela.

 

P: Imposible un mejor resumen que este Adriana…¿Hay algo que quisieras agregar?

 

R: Quisiera terminar compartiendo unas  citas del escritor argentino, judío, Jaime Barylko, la cual pone con exquisitas palabras mucho de mi mirada respecto del hacer docente o enseñante en todos los niveles que pueda involucrar, una mirada que fui construyendo en estos tantos y ricos años en que los niños fueron grandes y queridos maestros.

 

 "Enseñar a aprender.                                                                                    

 

¿Aprender qué?  Aprender la libertad.                                               

 

La libertad de ser, de juzgar, de disfrutar, de opinar, 

        

la del otro, que también piensa,                                                         

 

que también saborea y es diferente, por eso se llama otro

 

porque sino fuera otro, sería como yo, mi espejo repetido     

 

y la repetición es madre de toda anulación  personal."       

                                                             

P: Mil gracias Adriana. Te agradezco enormemente por tu tiempo y por todo esto que has compartido con nuestros lectores.

R: Yo te agradezco a ti Ana.

 

 

Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai