Así se vive en Israel el ambiente de cara a Iom Kipur

Escribimos estas líneas en Israel, el martes al mediodía, cuando faltan unas pocas horas para que comience Iom Kipur. Dentro de poco Israel estará sumido ya en el día más sagrado del calendario judío. 

No podemos evitar comenzar destacando la imponente noche de las plegarias de Slijot junto al Muro de los Lamentos, la significativa tradición de las oraciones de perdón y arrepentimiento que se elevan durante un mes y que culminan justamente la noche antes de Iom Kipur, que esta vez comenzó en la medianoche entre lunes y martes y se prolongó durante largas horas. Decenas de miles de judíos de todas las edades, no necesariamente todos observantes en su vida diaria, conectándose con la Fe, la tradición, la historia judía.

 

 

Y quizás por deformación profesional, no podemos evitar preguntarnos si a esto se refieren los enemigos de Israel cuando alegan que el pueblo judío no tiene vínculo histórico ninguno con esta tierra. Pero eso es tema aparte, una ridiculez para tratar por separado.

 

Volvamos al ambiente previo a Iom Kipur.

   Aquellos que observan el ayuno y quieren respetarlo estrictamente, se apurarán para terminar de comer a tiempo, antes de la salida de las primeras estrellas. Y hay que hacerlo de modo que se alcance a dejar todo en orden y a prepararse uno mismo para salir al Beit Hakneset. En medio de todas las plegarias de este día sagrado, está claro que en general, se aguarda con expectativa especial a  “Kol Nidrei”.

  En Israel, será éste un día muy especial. En realidad, lo es año a año, porque aquí, en el Estado judío, se siente Iom Kipur en el ambiente, en la calle, en cada esquina. Ello no significa en absoluto que todos sean religiosos y observen con rigor ni el ayuno, ni el rezo de un día entero en las sinagogas. Pero Iom Kipur no pasa desapercibido . Siendo éste el único país del mundo con mayoría judía, esto es comprensible.

   Por un lado, el país se paraliza. El transporte público se detiene mucho antes que los viernes, víspera de Shabat, pero lo más interesante es que en este día, tampoco se ve casi vehículos particulares, aunque eso cambió un poco en los últimos años. Inclusive gente que no observa esta jornada desde el punto de vista religioso, suele abstenerse de viajar, salvo verdaderas emergencias, aunque no es que esté prohibido por ley viajar, en absoluto. La calle es “tomada” por niños en bicicletas y monopatines, que por la falta de tráfico, se sienten dueños de las grandes avenidas. La costumbre no tiene nada de religioso por cierto, pero es ya una característica típica de Iom Kipur  en el Israel de los últimos años.

Foto: Ariel Jerozolimski
 
Foto: Ariel Jerozolimski

 

   Aunque eso duele sobremanera a la gente profundamente religiosa , esta costumbre tan israelí en Iom Kipur, no nos parece que socave la dimensión espiritual judía de la fecha de todos aquellos que lo ven como lo que es el sentido profundo del Día del Perdón.

Es notoria la presencia de mucha gente caminando en la calle, no pocos vestidos de blanco, en camino a las sinagogas. Y aunque no todos lo señalan igual, cada año nos embarga la  sensación que en este día, al pueblo todo lo une una serie de tradiciones y creencias comunes, que se mantienen aunque sean variados los matices y profundas las diferencias entre sus distintos sectores, entre religiosos y laicos, entre creyentes  y escépticos.

     Y seguramente también este año, Iom Kipur llenará los hogares de Israel y el pueblo judío. Cabe suponer que no todos ayunarán y que por cierto quienes no salen a rezar, no necesariamente pasan el día leyendo de las Sagradas Escrituras. Muchos tratarán de dormir bastante para que se les pase fácilmente el ayuno, otros se reunirán con amigos a cuyas casas irán caminando y algunos seguramente tendrán una dinámica común en sus casas, limitados sólo por el hecho de no poder salir con el auto ni tener lo que ver en la televisión todos cuyos canales y cables desaparecen durante Iom Kipur. No pocos se abstendrán de ayunar y probablemente hasta miren televisión. Pero este día tan especial, nunca será “un día como todos”. 

 

Hay quienes aprovechan para leer mucho en Iom Kipur. Esta mañana, un puesto de libros en el centro comercial Azrieli de Modiin.

 

   Poco antes de “Kol Nidrei”, las calles de Israel se llenarán de gente, familias enteras, en camino a las sinagogas. Mucha gente estará vestida de blanco y llevará zapatos con suela de goma. Su única carga será el Sidur de oraciones y las cuentas que tenga que saldar en el Día del Perdón. Y el jueves al anochecer, con el siempre imponente sonido del Shofar, que atrae especialmente a los niños, terminarán los rezos en las sinagogas a lo largo y ancho del país. Pocos minutos después, ya se sentirá nuevamente el tráfico en las calles, que volverán a despertarse. La gente emprende camino a lo de familiares y amigos, a la cena que pone fin al ayuno. “Gmar Jatima Tova”- se seguirá oyendo por todos lados. Los buenos deseos, de que seamos inscriptos en el libro de la vida, no salen sólo de boca de gente religiosa. Es el saludo de los últimos días, como todos los años en esta época, cuando nos encontramos con alguien en el almacén, la peluquería y en el café. También lo es ahora y lo seguirá siendo hasta Sucot .

  Y todo, con la esperanza de que Dios haya escuchado las oraciones.El, cabe suponer, habrá oído no sólo a quienes creen en su existencia y en la misma divinidad. Si realmente es merecedor del amor y la fe del pueblo que lo eligió a EL milenios atrás como su guía- con las exigencias y limitaciones que ello significa, a cambio de determinados parámetros morales que optó por seguir- pues sin duda habrá captado también los mensajes de quienes siguen dudando, aunque no los dirijan a EL en un sentido religioso.

  A unos y otros, de corazón, los mejores deseos para el nuevo año. ¡Gmar Jatimá Tová!

 

Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai