El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu condenó las recientes declaraciones homofóbicas del Gran Rabino de Jerusalén Shlomo Amar y del rabino Meir Mazuz, en las que atacaron al presidente de la Knéset Amir Ohana por ser homosexual.
El pasado jueves, Amar lamentó la elección de Ohana, un cercano a Netanyahu, como presidente de la Knéset y arremetió contra los diputados religiosos que lo respaldaron.
Por su parte, Mazuz tachó el sábado a Ohana de estar “infectado” por la “enfermedad” de la homosexualidad y sugirió que por su culpa 45 ultraortodoxos murieron en la tragedia del Monte Merón.
“Condeno de manera enérgica las declaraciones contra la comunidad LGBT y el presidente de la Knéset, Amir Ohana“, expresó Netanyahu en un mensaje en redes sociales sin mencionar por nombre a ninguno de ambos rabinos.
Según el portal Ynet, Mazuz es cercano al ministro de Comunicaciones Shlomo Karhi, del partido Likud, así como a otros aliados de Netanyahu, como el ministro de Salud Arie Deri y el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir.
El mandatario pasó a citar el texto de Pirkei Avot 3:14, “amado es el hombre porque fue creado a imagen de Dios”, y dijo: “Cada persona es creada a imagen de Dios. Este es el principio que fue traído a la humanidad hace miles de años por nuestro pueblo y es el principio que nos guía aún hoy”.
La designación de Ohana llegó en medio de los temores surgidos entre la comunidad LGBT de Israel ante las ideas abanderadas y que buscan impulsar figuras de la extrema derecha que son parte del nuevo gobierno de Netanyahu.
Una de las ideas más controversiales dio de qué hablar la semana pasada, cuando la ahora ministra de Misiones Nacionales, Orit Struck, se dijo a favor de que se permita legalmente que médicos nieguen su servicio a personas de la comunidad LGBT bajo motivos religiosos, si es que el mismo servicio puede encontrarse cerca.
El propio Ohana aseguró que, bajo su presidencia, no permitirá que desde la Knéset se perjudique a la comunidad LGBT de Israel.
Fuente: ©EnlaceJudío
