La protesta masiva es producto del enojo y la preocupación

Las dramáticas imágenes que se registraron esta noche en todo Israel  marcaron el comienzo de una nueva etapa no sólo en la protesta contra la polémica legislación de la reforma judicial sino , creemos, en la historia del país. Multitudes salieron a las calles a lo largo y ancho del país a manifestar espontáneamente al revelarse que el Primer Ministro Biniamin Netanyahu había decidido destituir al Ministro de Defensa Yoav Gallant, por criticar públicamente la legislación de la polémica reforma judicial y pedir detenerla por unas semanas.

El tema central es que Gallant explicó que la legislación – que él ya aclaró que apoya- se está haciendo de una forma que causa un serio desgarramiento interno que se siente también en las filas de las Fuerzas de Defensa de Israel, por lo cual constituye un peligro para la seguridad nacional de forma inmediata. Ver que en lugar de escuchar las advertencias del ministro responsable de la seguridad de Israel, que sin duda transmitió lo que le dijeron todos los jefes máximos de seguridad del ejército, el Shin Bet y el Mossad, Netanyahu opta por callarlo quitándolo de su puesto, dio a la ciudadanía una sensación de especial urgencia.

Multitudes salieron pues a las calles, bloquearon durante horas la avenida central en Tel Aviv, Ayalon, se presentaron con banderas en cientos de puntos de protesta espontánea a lo largo y ancho de Israel. Mientras tanto, no sólo políticos de oposición sino también figuras que ocuparon puestos claves en la seguridad nacional y hoy pueden hablar ya que no visten uniforme, salieron a criticar a Netanyahu, acusándolo de actuar con irresponsabilidad, falta de criterio y como desconectado de la realidad.

El ex Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel Gadi Aizenkot, que hoy es uno de los jefes del partido opositor “Hamajané Hamamlajtí” encabezado por Beni Gantz, recordó que desde el 12 de febrero, o sea ya casi un mes y medio, Netanyahu no ha convocado el gabinete de seguridad . Esto, a pesar de los duros eventos que ha habido a distintos niveles y también de las advertencias de la cúpula de seguridad sobre la situación actual, es una muestra de especial irresponsabilidad dado que con esta actitud, el Primer Ministro impide que la cúpula de seguridad informe a los ministros sobre lo que está ocurriendo.

 

Los medios locales informaron que se multiplican las voces de miembros del partido Likud que llaman a lo mismo que llamó Gallant; detener la legislación y dar chance al diálogo. Fueron dichas palabras terminantes como “nos hemos equivocado”, “lo hicimos mal” y cosas similares. Nadie dejó de apoyar la reforma, pero sí la forma en que está siendo impulsada por el ministro de Justicia Yariv Levin y el jefe de la comisión de Constitución, Ley y Derecho de la Kneset Simja Rotman. En estos términos hablaron públicamente los ministros Miki Zohar y Amijai Shikli, y los diputados Yuli Edelstein y David Bitan. Canales de radio y televisión informaron que los partidos ultraortodoxos están de acuerdo en detenerse para tratar de hallar una solución, pero “El Sionismo Religioso” de Betzalel Smotrich y “Otzmá Iehudít” de Itamar Ben Gvir, se oponen.

Más clave aún es que el ministro de Justicia Yariv Levin se mantiene firme en su oposición a cualquier interrupción de la legislación , amenazando que si se decide en ese sentido, él dimite.

Nos parece clave entender algo de fondo.

Las protestas comenzaron hace ya más de 12 semanas contra el plan de reforma judicial percibido como peligroso por gran parte de la ciudadanía israelí. Pero van mucho más allá de ello. Son protestas contra el intento de convertir a Israel en algo distinto de lo que siempre fue, ya no un Estado judío  democrático liberal. Lo dijo este lunes de mañana en forma clara el ya citado ex jefe del ejército Gadi Aizenkot en una entrevista a la radio pública israelí KAN: “Esta protesta no frenará, porque a lo que se opone es al cambio de rostro del país. Esta creación maravillosa que es Israel,no permitirá que Netanyahu la destruya, así que la protesta no parará. Mis hijos, los hijos de mis amigos y de mucha gente que siempre luchó para ver un país fuerte, de valores, judío, de avanzada, no se detendrán”.

Casi de más está decir que en gran parte de la coalición-y lo dijo el ya citado Simja Rotman este lunes en una entrevista en KAN- considera que quienes salen a manifestar lo hacen porque “no aceptaron el resultado de las elecciones”. Eso no es cierto. Claro está que quienes no votaron a Netanyahu  nunca lo quisieron . Pero la gente no salió a desafiar el resultado de las elecciones sino la forma en que el voto democráticamente dado al gobierno está siendo usado de modo perjudicial y según muchos, peligroso.

El problema es que por el punto al que se ha llegado, no parece que alcance que se detenga la legislación. Ahora sí es muy probable que al menos parte de la protesta apunte a exigir la dimisión de Netanyahu por considerar que ha perdido el criterio para conducir al país.


Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai