Las 85 fotos
blanco y negro de las vidas truncadas en el atentado nos interpelaban. Las 85
velas encendidas iluminaban esas fotos de los que no están porque algunos en
Irán decidieron trocar vidas por miseria polÃtica.
En un pequeño
salón de la embajada en HerzlÃa nos acomodamos unas 50 personas. La mayorÃa de
ellos diplomáticos, miembros de la Olei, parientes de supervivientes,
periodistas. Se lo pudo ver al ex presidente de AMIA, AgustÃn
Zbar; a Dany Daian, presidente de Yad Vashem, a Dany Carmon ( su esposa
perdió su vida en el atentado en la embajada).
Luego de
entonarse los himnos nacionales de Argentina e Israel, se escucharon las
palabras del abogado argentino radicado en Israel, León Amiras. “ Los mismos que volaron la AMIA son los que
desde El LÃbano provocan en estos dÃas ataques en el norte de Israel. Son los
que atacan para matar judÃos e israelÃes.
Es el Hezbollah. Esta probado en expediente y en la investigación de
Nisman que fue la vÃctima 86. La verdad yace sepultada en expedientes
judiciales “.
A su turno,
Roxana Levinson, que autorizadamente se presentó como “ la única persona que en
Argentina perdió a dos parientes en dos ataques terroristas”. Esta joven
periodista perdió a su tÃa Graciela Levinson ( embajada) y a Jaime Plaksin (
AMIA). Eran su tÃos. Luego de hacer una reseña emotiva sobre las vÃctimas
familiares, pidió que la verdad surja de una vez por todas debajo de una pila
de expedientes con pruebas e investigaciones que se desviaron a propósito, en
distintos gobiernos y fines oscuros. No dejo de sumar a Nisman como la vÃctima
86 del atentado.
Cerró la parte
discursiva el ministro de Negocios a cargo de la embajada, Francisco Tropepi.
El diplomático insistió con la falta de colaboración de Irán que no entrega a
imputados en la causa. También dijo que
todo el paÃs fue vÃctima de este ataque a la mutual judÃa. “ Hay una deuda
inmensa que hay que pagar. Queremos que esto sea posible en el marco del
derecho internacional y la defensa de los derechos humanos”.
Una alusiva
canción cerró el acto. Los presentes nos fuimos y las fotos de las vÃctimas
volvieron a su soledad y a sus vidas truncadas por la locura terrorista.