"Y yo me pregunto… Alia Protegida: ¿por qué?"

Por Laura Lichtenstein, coordinadora del Programa de Keren Hayesod-CUJA

Hace pocos días vivimos el Seminario Pre aliá: 3 días intensivos donde los participantes de alia protegida (jóvenes de 20 a 30 años en situación de vulnerabilidad social o económica de distintas partes del país) compartieron espacios comunitarios, grupales y de formación.

Tres días donde se afianzaron como grupo, adquirieron herramientas para afrontar el desafío personal que implica emigrar y donde fortalecieron su identidad como parte de una comunidad. ¿Y por qué es necesario?

Comprender esta complejidad y otras tantas no es fácil. Y más aún si uno no tiene la suerte de estar acompañado, de haber vivido una vida comunitaria, de haber accedido a espacios de formación y contención. Si la vida cotidiana no permitía espacio para el crecimiento personal porque subsistir ya era lo suficientemente difícil como para ocuparse de temas secundarios.

Porque hacer aliá es mucho más que irse a vivir a Israel. Por eso Aliá Protegida acompaña. Acompaña con compromiso personal, institucional y comunitario.

Una muestra de ese acompañamiento se vivienció durante el seminario en las distintas propuestas: fueron recibidos por el Beit Jabad Recoleta y vivenciaron una cena de shabat, escucharon de la boca de Loran (representante de la Agencia Judía para Israel) sobre las características de la sociedad israelí y la cotidianeidad de los jóvenes, visitaron la comunidad Dor Jadash, su kínder, su templo; y entendieron lo que es vivir en comunidad y formarse con otros desde chicos, compartiendo valores y sintiéndose parte de una historia en común.

También recibieron a Natan Berman de la Municipalidad de Jerusalem y escucharon las oportunidades que brinda la capital de nuestra querida Israel y sobre actualidad israelí de la mano de nuestro sheliaj Marcelo Bancic y de la shlijá de la Agencia Judía.

Por supuesto hubo hebreo junto a la morá Vanina Szteinhauz de la Organización Sionsita Mundial, porque para pisar Ben Gurión hay que estar preparado con la mente y el corazón, pero también con el hibrit.

Por último disfrutaron del hermoso parque de Casa Hillel, porque ser parte de la comunidad es estar dispuesto a ofrecer y recibir, a mirar a quien tengo al lado y complementarnos para construir algo mejor.

Eso es Alia Protegida: restitución de derechos. El derecho de ser parte, el derecho a vivir en comunidad, el derecho a tener oportunidades y progresar, el derecho a hacer de Israel su hogar.