En los últimos dÃas la tendencia se antojó irrefrenable: Israel marcha – retrocede más bien – hacia un nuevo juego electoral que probablemente traerá consigo dramáticos resultados.
Uno de ellos será la desaparición de un partido que gestó y modeló al Estado en sus primeras dos décadas, e incluso antes de su nacimiento. Aludo al celebrado Mapai que fue encabezado por legendarias figuras – Ben Gurión, Eshkol, Golda Meir – que desempeñaron papel decisivo en la configuración y defensa del paÃs. Hoy las encuestas indican que esta agrupación no acertará a reunir en marzo una elemental suma de votos.
Otro será el brusco adelgazamiento – si no disolución – del partido Azul y Blanco jefaturado por Beni Gantz. Al aceptar un entendimiento con Netanyahu con el fin de formar gobierno, sus lÃderes apenas atinaron a descifrar las astutas maniobras que el lÃder del Likud puso en práctica en su afán de eludir su presentación ante los tribunales. Si hace algunos meses esta fracción contaba con más de veinte representantes es probable que en marzo apenas logrará cuatro o cinco.
En filoso contraste, la naciente agrupación Nueva Esperanza encabezada por Guidón Saar multiplicará la suma de apoyos que ya revela en los medios y en la población. Este partido aspira a una acelerada ampliación de las colonias que se localizan en Judea y Samaria al tiempo que se opone a cualquier arreglo con los palestinos. Actitud que – si cristaliza en los hechos – podrÃa deshacer los arreglos diplomáticos y comerciales con paÃses árabes vecinos. Cabe agregar que Saar insiste que en ningún caso aceptará un acuerdo con Netanyahu. La distancia entre ambos se antoja hoy irreparable.
Por otro lado, es probable que los partidos religiosos conservarán el apoyo que han recibido hasta hoy a pesar de la oblicua conducta que han asumido desde la aparición de corona. Probablemente se unirán a Saar si éste obtiene un número considerable de votos, y asà podrán continuar absteniéndose del servicio militar y de estudios universitarios conforme a las directivas rabÃnicas.
Cabe agregar que en estas circunstancias el partido de extrema izquierda Meretz podrÃa incrementar su presencia parlamentaria que hoy presenta apenas seis escaños en la Knesset. Desertores del partido Laborista-Mapai y ciudadanos árabes con tÃtulos académicos se inclinarán probablemente a apoyarle.
En suma: difÃcil y costoso escenario en momentos en los que Irán y las variaciones del covid multiplican las amenazas y acentúan la inestabilidad del paÃs. Un inteligente liderazgo es hoy un imperativo. ¿Surgirá?
Fuente: Diario JudÃo