La ONU y el antisemitismo; todo sigue como de costumbre. Por Ben-Dror Yemini

 La semana pasada se aprobaron siete resoluciones contra Israel. Alemania, como el resto de Europa, apoya automáticamente el "derecho al retorno" de los palestinos, ¿pero por qué no lo hace cuando se trata del Viejo Continente o de los países árabes?

El día que recibimos el feliz anuncio de la normalización del vínculo entre Marruecos e Israel, la comunidad internacional siguió actuando como de costumbre: la Asamblea General de la ONU aprobó siete resoluciones contra Israel. Es cierto que hay otros países en el mundo. Es cierto que Israel no está entre los diez primeros Estados que violan los derechos humanos, y tampoco entre los primeros 20. Es cierto que millones en todo el mundo han sido trasladados a campos de reeducación, se han ocupado vastos territorios, se ha matado a miles de civiles, se ha encarcelado a periodistas, etc. Pero ninguna de estas situaciones ha interesado a la comunidad internacional. Solo Israel.

Una de las decisiones reafirma la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU, que aborda el asunto de los refugiados árabes de Palestina, que luego se convirtieron en palestinos. Decenas de millones de europeos se convirtieron en refugiados en la primera mitad del siglo pasado. Decenas de millones fueron expulsados ​​de su patria después de la Segunda Guerra Mundial, exactamente en los mismos años que la Nakba palestina. ¿Quiénes de ellos recibieron el derecho al retorno? ¿Quiénes pudieron recuperar sus propiedades? 

De todos los países occidentales, solo Canadá y Estados Unidos, además de Israel, por supuesto, votaron en contra de la decisión. Alemania, lamentablemente, votó a favor. Y esto es interesante, porque entre las decenas de millones de refugiados de esos años, al menos 12 millones fueron alemanoparlantes expulsados ​​durante la Segunda Guerra Mundial de República Checa, Polonia y otros países. Pagaron el precio de la agresión alemana, e incluso crearon una organización que los representa en Alemania (BvD).

¿Acaso existe alguna diferencia entre los refugiados de Palestina y los refugiados de Polonia o República Checa? Cero. Unos y otros pagaron un precio por la agresión, incluso si ellos mismos no eran parte de la maquinaria de guerra. La diferencia es que el BvD es considerada una organización de extrema derecha, en el pasado incluso neonazi. El gobierno alemán ignora a esta organización y a sus demandas de restitución de las propiedades. Está claro que si los alemanes y decenas de millones de otras personas tuvieran el "derecho" a retorno o a la devolución de propiedades, Europa entraría en una Tercera Guerra Mundial. 

Pero cuando se trata del conflicto árabe-israelí, Alemania, como todos los demás países europeos, automáticamente apoyan la demanda del "derecho al retorno", que según quienes insisten en ello es de hecho una demanda para eliminar a Israel. Puede que esta no sea la intención de Alemania, Dinamarca o Francia. Pero cuando estos países, una y otra vez, votan de una manera que está llena de hipocresía, no están ayudando a acabar con la arrogancia palestina. Al contrario. No hay ninguna posibilidad en el mundo de que los palestinos abandonen la demanda de eliminación de Israel cuando cuentan con el apoyo de los “amigos” de Israel en Europa. 

Y no está claro por qué las autoridades de Israel no presentan esta simple pregunta a Alemania: ¿por qué apoya el "derecho al retorno" cuando se trata de los palestinos, pero se opone a él cuando se trata de Europa? ¿Y por qué diablos, cuando elevan con el alegría el asunto de la Nakba palestina, se olvidan de la Nakba judía? Ellos no les declararon la guerra a los países árabes, y sin embargo fueron expulsados ​​o se vieron obligados a huir, y la propiedad de la mayoría de ellos fue confiscada.

De acuerdo con la definición de antisemitismo adoptada por muchos países, incluida Alemania, el antisemitismo es, entre otras cosas, "la aplicación de un doble rasero para con Israel, al que se le exige una manera de actuar que no se le exige de ninguna otra nación democrática". Entonces, sí, Alemania se está comportando de manera antisemita. Y no hay razón para no mostrarle este hecho básico. 

Otra decisión se refirió a los Altos del Golán, que, según la mayoría que votó, es territorio sirio. Ni una palabra sobre la guerra civil en la que murieron medio millón de personas. Ni una palabra sobre el hecho de que los residentes de los Altos del Golán gozan de paz y calma en la región. Ni siquiera uno de ellos murió. ¿Y los países europeos? Están automáticamente del lado de la mayoría oscura.

No es necesario subestimar la paz con Marruecos, y ciertamente no con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán. Pero hay que recordar que lo ocurrido el día que nos informaron del acuerdo con Marruecos es una vergüenza. Dadas las habituales resoluciones contra Israel aprobadas en las instituciones de la ONU, la historia de la diplomacia israelí es una historia de décadas de fracasos. 

Por Ben-Dror Yemini - Adaptado por Leandro Fleischer

Fuente: Ynet