La policía de Varsovia interrogó a una periodista por un artículo sobre la participación de Polonia en el Holocausto

 “¿Los fiscales polacos no castigan las opiniones antisemitas pero sí a un periodista? Es una locura”, denunció Katarzyna Markusz, quien debió comparecer ante las autoridades locales la semana pasada

“¿Cómo pueden sentirse ofendidos por la verdad?”. Así de contundente fue la reacción de la periodista polaca Katarzyna Markusz, luego de ser interrogada por la policía de Varsovia, a raíz de un artículo publicado el pasado mes de octubre sobre la participación de Polonia en el Holocausto.

La comunicadora, de 39 años, debió declarar ante las autoridades la semana pasada bajo la sospecha de “difamar el buen nombre de la nación polaca”. “Me preguntaron si soy la autora del artículo, si quería ofender a la nación, y si no, cuál era mi objetivo al escribir el artículo”, declaró al diario israelí Haaretz.

Markusz publicó el artículo en el portal polaco Krytyka Polityczna en octubre de 2020. En el mismo, escribió: “¿Viviremos para ver el día en que las autoridades polacas también admitan que la hostilidad hacia los judíos era generalizada entre los polacos y que la complicidad polaca en el Holocausto es un hecho histórico?”.

“La firmeza, hospitalidad, valentía y nobleza de los polacos y, por supuesto, la supuesta enorme ayuda brindada a los judíos durante e inmediatamente después de la guerra, es una de esas ficciones que nos han alimentado los políticos polacos durante muchas décadas”, añadió en la publicación periodística.

Markusz reveló que durante su comparecencia dijo a la policía que la investigación en su contra es “una pérdida de dinero de los contribuyentes y de mi tiempo”. Además, les dejó claro que lo que escribió “es la verdad”. “¿Cómo pueden pensar en castigar a alguien con la cárcel por decir la verdad? ¿Los fiscales polacos no castigan las opiniones antisemitas pero sí a un periodista? Es una locura”.

“Hubo polacos implicados en el Holocausto: traicionaron a sus vecinos judíos y a veces los mataron. Eso es un hecho. Es una tontería que tenga que discutirlo con la policía y que alguien se ofenda. ¿Cómo pueden sentirse ofendidos por la verdad?”, enfatizó.

La periodista polaca también escribe en un portal llamado “Jewish.pl”, y para otras revistas y periódicos polacos. Además de ser candidata al doctorado en la Academia Polaca de Ciencias, actualmente está investigando la historia judeo-polaca, el antisemitismo y la Segunda Guerra Mundial. También traduce memorias del yiddish al polaco, y en los últimos años ha organizado actos conmemorativos del Holocausto para los judíos de Polonia.

En la entrevista a Haaretz, Markusz explicó por qué su especial interés en el tema: “Soy cien por ciento polaca, siempre lo digo (...) Me interesa la verdad; puede que esa sea la razón por la que no le caigo bien a la derecha polaca ni a los políticos polacos. En mi cuenta de Twitter, siempre me dejan muchos comentarios antisemitas, no importa lo que escriba. Pero no voy a cambiar nada. No me van a asustar”.

Además de la causa por posible “difamación”, las autoridades polacas investigan a la periodista por “calumniar” al país. La pena máxima por ese delito es de tres años de prisión. Según un informe polaco, la denuncia contra Markusz fue presentada por una organización nacionalista de derecha. La última vez que se inició una acción por calumnia fue en 2015, cuando fue interrogado el historiador Jan Tomasz Gross, tras su estudio de la participación polaca en los crímenes nazis. Su interrogatorio, no obstante, no condujo a una acusación y el caso se cerró finalmente en 2019.

Actualmente hay un juicio por difamación contra dos respetados historiadores polacos tras la publicación de un libro que analiza el comportamiento de ciudadanos de este país durante la Segunda Guerra Mundial. Barbara Engelking, historiadora del Centro Polaco de Investigación del Holocausto en Varsovia, y Jan Grabowski, profesor de historia en la Universidad de Ottawa, coeditaron “Noche sin fin: el destino de los judíos en condados seleccionados de la Polonia ocupada”, una obra de 1.600 páginas en dos volúmenes.

Según el Centro Yad Vashem, estas acusaciones “constituyen un ataque contra los esfuerzos por obtener una imagen completa y equilibrada de la historia del Holocausto”.

El juicio fue iniciado por Filomena Leszczyńska, sobrina de Edward Malinowski, alcalde de la aldea de Malinowo (noreste) bajo la ocupación alemana, cuya memoria habría sido manchada por un breve pasaje en el libro “Más lejos aún es noche”, mencionando su implicación en una masacre de judíos. Según la acusación, Malinowski mostró un comportamiento opuesto al que se le atribuye.

Para Grabowski y Engelking la acusación es “un intento de desacreditarlos personalmente” y se realizó para “disuadir a otros investigadores de investigar la verdad sobre el exterminio de judíos en la Polonia ocupada”. “Este es un caso del estado polaco contra la libertad de investigación”, dijo Grabowski a la agencia Associated Press.

Leszczyńska exige USD 23.508 (100.000 zlotys) por daños y una disculpa en los periódicos, ya que su tío fue absuelto de colaborar con los nazis en un juicio posterior a la guerra. La demanda -que se presentó en el tribunal de forma gratuita según lo permitido por la ley de 2018- cuenta con el apoyo de la Liga Polaca contra la Difamación, un grupo que recibe fondos del gobierno. Esa organización argumentó que los dos académicos son culpables de “profanar el buen nombre” de un héroe polaco y, por extensión, dañar la dignidad y el orgullo de todos los polacos.

El veredicto se conocerá en el tribunal de distrito de Varsovia el 9 de febrero.

Si bien el caso es un juicio por difamación, surge a raíz de una ley de 2018 que tipifica como delito acusar falsamente a la nación polaca de crímenes cometidos por la Alemania nazi. Ante la presión internacional, la cláusula de tres años de prisión fue pronto cancelada. No obstante, historiadores, periodistas y el público en general, incluidos los sobrevivientes del Holocausto y los investigadores del Holocausto, siguen siendo objeto de acciones legales por su trabajo sobre el tema. Las autoridades justifican su accionar basándose en otras cláusulas de la legislación polaca.

Alemania ocupó Polonia en 1939, anexando parte de ella al Tercer Reich y gobernando directamente el resto. El gobierno y el ejército polaco de antes de la guerra huyeron al exilio, a excepción de un ejército de resistencia clandestino que luchó contra los nazis dentro del país. Sin embargo, un pequeño número colaboró con los alemanes en la caza y muerte de judíos, en muchos casos personas que habían huido de guetos y buscaban esconderse en el campo.

Grabowski dedicó una década de trabajo y visitó los archivos generales de Polonia, Alemania, Estados Unidos e Israel para documentar su investigación. También se entrevistó con sobrevivientes del Holocausto que habían sido testigo de los horrores. Muchos de estos documentos, que incluyen los registros de la policía polaca, no habían sido nunca consultados y demuestran que aún hay mucho por investigar y conocer, 75 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

“Me sorprendió descubrir el rol que tuvo la policía polaca en el asesinato de judíos (...) Asesinato, violaciones, robo, la escala es inabarcable”, expresó en junio del año pasado a Haaretz.

La participación de Polonia en el Holocausto ha sido un tema polémico en el país desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Quienes rechazan cualquier insinuación de colaboración insisten en que el estado había sido disuelto por los alemanes y que toda la responsabilidad debe caer en los nazis, más allá de algunos individuos que sirvieron para los invasores. Destacan, además, la intensa resistencia clandestina encarada por los ex soldados polacos contra la ocupación.

Pero muchos otros resaltan el rol que tuvieron diferentes organismos polacos en la matanza, no sólo la policía si no también las compañías ferroviarias, que fueron instrumentales en el traslado de judíos y otras minorías a los campos de exterminio. También recuerdan el antisemitismo imperante en Polonia (como en casi toda Europa en aquella época) y los pogromos contra comunidades judías.

Actualmente, en Polonia la sola mención de este debate puede generar tensión. El partido gobernante Ley y Justicia (PiS) ha lanzado una campaña en los últimos años para prohibir y castigar penalmente a la sola mención de Polonia en el Holocausto, que tiene su caso más extremo en la veda al uso del término “campo de concentración polaco”, que referencia la ubicación geográfica.


Fuente: Infobae