Hace pocos días Radio Sefarad cumplía 17 años
de emisiones. Cuando uno trabaja en un medio judío como éste, lo primero que
debería plantearse es qué temas debe abordar. Algunos son obvios, como los
relativos a la religión, la historia e, incluso, la cultura, con todo lo que
ello implica, desde las manifestaciones artísticas a las tradiciones. Lo que no
es tan evidente es qué parte de la actualidad mundial reflejar. ¿Deberíamos dar
aquellas noticias que nos atañen únicamente como profesantes de la fe mosaica
(por ejemplo, lo que a las polémicas en torno a la circuncisión en Alemania o a
las leyes de matanzas kosher en Dinamarca se refiere)? La respuesta nos
es obvia, aunque pueda resultar extraña a otros: rotundamente no, ya que no
somos sólo una religión, sino un pueblo. ¿Deberíamos dar cuenta entonces de
cualquier evento en el que esté implicado algún miembro de nuestra comunidad,
en cualquier lugar del planeta? Por complicado que parezca y pese a las
evidentes dificultades (lingüísticas, entre otras) para conseguirlo, ese
debería ser el objetivo de cualquier medio judío.
Curt Sachs, uno de los principales
musicólogos modernos, definió la música judía como aquella creada “por, para o
como” judíos. Sin duda es una definición muy amplia, aunque extrapolable a
otras áreas de la actividad humana, desde la cultura a la economía, pasando por
la política internacional. Ello nos coloca en la situación paradójica de
atender a lo que sucede no sólo a los judíos de todo el mundo (el “por” de la
definición de Sachs), sino también a lo que va dirigido a ellos (el “para”) e
incluso de quienes se postulan como nuestros portavoces sin formar parte del
colectivo (el “como”). Haga el siguiente experimento: entre en la sección de
noticias de su buscador y escriba los conceptos “judío” e “Israel”. Obtendrá
abundantes resultados (más aún si reemplaza “judío” por “Jewish”). Intente
buscar un elemento común y descubrirá que, en la mayoría de los casos, se habla
de situaciones de amenaza, bien para la propia existencia del estado de Israel,
bien para los judíos en la diáspora, y sólo un porcentaje menor (y aún así, en
cantidades nada despreciables) refieren al mundo de la cultura. Por establecer
una comparativa: la cantidad estimada de judíos en España es similar a la de
inmigrantes chilenos en nuestro país. Haga el ejercicio de buscar noticias
relativas a ambos colectivos y descubrirá el aluvión informativo que genera el
mundo judío, allí donde esté.
¿Cuál es entonces la principal misión de un
medio de temática judía, siendo su espectro tan amplio? Sin duda saber
distinguir lo esencial de lo accesorio: dar prioridad a conservar la vida y a
mejorarla, desde unos principios morales anteriores a casi cualquier otra
civilización contemporánea. O al menos ese el faro que nos ha guiado como
“libro de estilo” en estos 17 años, lo que en hebreo podríamos denominar,
respectivamente pikúaj néfesh, tikún olám y torá.
Por Jorge Rozemblum
Director de Radio Sefarad
www.radiosefarad.com