Señor Presidente Biden, Israel aprecia mucho los esfuerzos para profundizar la cooperación entre los paÃses de la región bajo el paraguas estadounidense. Esto siempre ha sido el caso con la mayorÃa del público israelà y sus lÃderes. Es una expresión auténtica del especial sentido de cercanÃa entre los pueblos y de la valiente asociación entre los dos paÃses. Esta amistad no depende de la identidad de los lÃderes ni de su afiliación partidaria, y trasciende cualquier controversia.
EE.UU e Israel comparten aspectos en común desde sus respectivos orÃgenes: Se trata de dos estados democráticos sin golpes de estado a pesar de tener ejércitos poderosos; ambos paÃses tienen una base religiosa en su conformación identitaria; ambos son potencias tecnológicas de primer nivel; ambos luchan con decisión contra el terrorismo islamista y sus formatos. Han habido marchas y contramarchas en la relación pero esta nunca se quebró. Ambos paÃses democráticos hacen de la libertad y los derechos humanos básicos, una bandera que otros desean descalificar. No lo lograrán.
Señor Presidente Biden, las relaciones especiales entre los dos paÃses tienen muchas facetas, y están diseñadas para servir intereses comunes también, pero la base para ellas son los valores comunes: el compromiso con los valores de democracia, libertad, justicia y la paz, profundamente arraigada en el patrimonio y la cultura de nuestros pueblos.
Esta gira que inicia podrá amalgamar un nuevo Medio Oriente que no sea rehén del conflicto palestino- israelÃ.
Este conflicto demorará muchos años en resolverse porque los palestinos mienten al decir que aceptan dos estados, uno al lado del otro pero esto no debe paralizar los esfuerzos iniciados hace décadas para consolidar la paz entre paÃses árabes y el estado hebreo. Hay que separar los dos temas. Asà lo hicieron la administración de Netanyahu y su continuador, Bennett, por lo menos en polÃtica exterior.
Es su turno ahora, Mr. Biden, de sumar a Arabia Saudita a este encuentro con el estado hebreo pero la moneda de cambio no puede ser un mal acuerdo con Irán o la aceptación pasiva de los iranÃes como potencia global y nuclear.
Israel ha recibido mucho de los EE.UU y seguirá recibiendo pero también llegó la hora que usted entienda que en Medio Oriente EE.UU. no tendrá otro aliado más fiel que el estado hebreo. Solo un vistazo a algunas autocracias árabes le hará ver la realidad.
Mr. Biden, si usted allana un entendimiento diplomático entre saudÃes e israelÃes tendrá un logro excepcional y podrá poner un freno a la ambición regional iranÃ.
Desde mañana, esta no pequeña responsabilidad, descansa en sus manos. Esperemos que estas no se debiliten.