Sin precedentes: choque frontal entre Ministro de Justicia de Israel y Presidenta de la Suprema Corte de Justicia

 


A pocos días de haber anunciado el nuevo Ministro de Justicia de Israel Yariv Levin su plan de “reforma” del sistema judicial-que desató una tormenta de reacciones preocupadas y críticas- la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia Esther Hayut pronunció un duro discurso sin precedentes en el que advirtió que justamente al hallarse el Estado en el 75° año de su independencia, corre el riesgo de ver socavado su carácter democrático.

El Ministro Levin no escatimó palabras para responderle, adoptando un tono mucho más duro que el utilizado por él hasta ahora  y afirmando que la Suprema Corte de Justicia se comporta como un partido político de oposición.

 

Para captar la dimensión de la situación, la envergadura de la crisis, lo mejor es traducir y reproducir las palabras de ambos. Pero antes, recordemos el trasfondo.

Tal como habían anunciado de antemano, uno de los primeros pasos de la nueva coalición de gobierno encabezada por el Primer Ministro Biniamin Netanyahu, con un papel clave del titular de Justicia Yariv Levin, anunció un plan de cambios en el sistema judicial. Estos incluyen modificaciones en el sistema de nombramiento de los Jueces Supremos, en la autoridad de los asesores jurídicos de los ministerios  el margen de maniobra de la Suprema Corte ante la promulgación de leyes en el Parlamento que considere que no son razonables, entre otros puntos.

Sus defensores sostienen que el programa es clave para devolver el equilibrio normal entre el Parlamento (Poder Legislativo) y la Suprema Corte de Justicia, alegando que los jueces lo alteraron tomándose atribuciones que la ley nunca les dio. Y sus críticos dijeron que el plan en cuestión es un golpe mortal a la democracia en Israel.

La discusión al respecto –que no es nueva pero se ha agudizado al lanzar el ministro Levin su plan, desatando serias protestas - llegó a un especial punto de hervor con los discursos de este jueves de noche.  La descripción del periodista Mijael Shemesh de la televisión pública KAN, es fuerte: “El discurso de la Presidenta de la Suprema Corte Esther Hayut es histórico. Podría haber elegido otras palabras para dar su opinión sobre el plan, pero quiso dejar en claro que esto no será aceptado, se sacó los guantes”.

“Esto no va en buena dirección”, dijo el analista Raviv Druker del mismo canal. “Hay aquí dos automóviles viajando a 150 kms por hora, en camino a chocar”.

 

Y ahora, los principales conceptos de los discursos de la Presidenta Hayut y el Ministro Levin, que marcan un hito –preocupante-en la vida de Israel.

 

 

“Cínicamente, quienes elaboraron el plan lo llaman de plan para corregir el sistema judicial”, dijo Hayut. “Pero yo digo que es un plan para hacerlo trizas. Está destinado a asestar un golpe mortal sobre la independencia del Poder Judicial convirtiéndolo en una autoridad que se mantiene en silencio. Es un ataque desenfrenado contra el sistema judicial, como si fuera un enemigo sobre el que hay que abalanzarse y al que hay que doblegar.  Señor ministro, este no es el camino”.

Destacó la independencia de los tribunales. “Sin esa independencia jurídica los jueces de Israel no podrían cumplir con sus funciones como servidores del público, fieles a él. Si el plan de cambios  presentado se concreta, el 75° año del Estado de Israel será recordado como el año en que fue dañada mortalmente la esencia democrática del país. En efecto, el gobierno de la mayoría  es un principio fundamental básico en un régimen democrático, pero la democracia no es solamente el gobierno de la mayoría. Todo aquel que alega que la mayoría que eligió a sus representantes en la Kneset les dio un cheque abierto para hacer todo lo que se les ocurre , habla en vano de democracia”.

 

Y agregó: “¿Qué busca el plan de cambios del ministro? De hecho, quiere quitarles a los jueces las herramientas jurídicas que les sirven para proteger los derechos del individuo y el gobierno de Derecho. Habla de una cláusula que pueda quitar a la Corte la posibilidad de cancelar leyes que perjudican en forma desproporcionada los derechos del ciudadano, entre ellos, el derecho a la vida, propiedad, dignidad, igualdad, libertad de expresión y otros”.

 

Esto es sólo un resumen.

Así respondió el ministro Levin, que cabe señalar no consultó nada ni habló de nada con la Presidenta Hayut antes de anunciar su polémico plan.

“Esta noche ocurrió algo clave en Israel”, comenzó diciendo. “Resulta que existe en Israel otro partido. Un partido que no se presentó en las elecciones llevadas a cabo hace dos meses, un partido que se coloca a sí mismo por sobre la Kneset, por sobre la decisión del pueblo”.

Su acusación a Hayut como exponente de una postura absolutamente política y no jurídica, fue tajante. Lo dijo explícitamente.

“Esta noche hemos escuchado una retórica conocida de las manifestaciones de las banderas negras”, afirmó en referencia a las protestas que se llevaban a cabo en numerosos sitios de Israel contra Biniamin Netanyahu y su nueva participación en elecciones a pesar de que está en juicio por sospecha de corrupción. “Es la misma agenda política, el mismo llamado a encender las calles. No hemos oído un tono nacional, no hemos oído neutralidad. No hemos oído una posición jurídica equilibrada.Hemos oído declaraciones de políticos agitando a manifestantes”.

Que esté claro: se refería a Hayut.

Y aludiendo a figuras de la oposición que criticaron su plan, agregó: “El que la honorable presidenta de la Suprema Corte de Justicia se sume a lo dicho por Yair y Yair, Yair Lapid y Yair Golan, es la mejor prueba que el sistema judicial ha perdido su rumbo y que es necesario devolverlo al lugar en el que estaba antes”, mencionando a “los gigantes del Derecho Landoi y Agranat”, que fueron presidentes de la Suprema Corte en tiempos previos a la así llamada etapa del “activismo jurídico” lanzado por Aharon Barak.

“No hay ninguna democracia occidental ordenada en la que los jueces se eligen a sí mismos y se inmiscúen en leyes fundamentales por decisión propia”, dijo Levin. “En ningún otro país democrático asesores jurídicos están por sobre el gobierno y toman decisiones en su lugar”.

Y agregó: “La reforma que propuse, hará que Israel vuelva a ser una democracia occidental  que funciona debidamente, como todas las demás. Garantizará un sistema judicial variado que refleja a todo el pueblo, un sistema judicial que goza de la confianza dl pueblo y no baja a la arena política”.

Aseguró que “estoy comprometido a mantener un diálogo amplio con representantes de todas las partes del pueblo para llegar a un resultado equilibrado, que sea el mejor. Millones de ciudadanos, y yo entre ellos, están decididos a devolver el equilibrio entre los poderes y a reconstruir la confianza en el sistema judicial de Israel”.

Este sábado por la noche, nuevamente habrá una manifestación de protesta en Tel Aviv.


Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai